Generalmente se asocia el estrés con efectos negativos para la salud, pero también puede ser beneficioso sabiendo cómo usarlo a nuestro favor
Nunca es bueno estar estresado todo el tiempo, pero las situaciones
estresantes son inevitables. Si canalizamos estas situaciones cuando se
producen podemos conseguir resultados positivos.
Cuando nos sentimos estresados, nuestro organismo se activa como sistema de
lucha o huida cuando nuestro cerebro percibe una amenaza. Esta respuesta nos permite desplegar una gran cantidad
de energía en un corto espacio de tiempo.
Manteniendo
una actitud positiva hacia el estrés y aprendiendo a manejarlo adecuadamente
podemos conseguir que se convierta en una oportunidad para mejorar nuestras
capacidades. Según estudios realizados, el estrés moderado:
-
Aumenta
la motivación, permitiendo tomar decisiones para concluir las tareas pendientes
con mayor rapidez y eficacia.
-
Mejora
la memoria de trabajo, el estrés producido por un breve momento de tensión actúa
en una región cerebral que controla le emoción y cognición, provocando la
mejora el aprendizaje y la memoria, es por esta razón que muchas personas
tienen mayor rendimiento cuando se encuentran bajo presión.
-
Ayuda
a mejorar las relaciones y ser más sociable ya que mejora los niveles de
oxitocina lo que nos hace conectarnos mejor con otras personas.
-
Un
embarazo ligeramente estresante tiene sus ventajas, un estudio de la
Universidad Johns Hopkins indica que las mujeres que sufrieron niveles de leves
a moderados de estrés durante el embarazo tuvieron hijos con mayor desarrollo y
mejores actividades motoras a los dos años que las madres que no habían sufrido
estrés.
Por
tales razones podemos afirmar que el estrés moderado de corta duración puede
mejorar el estado de alerta, el rendimiento y la memoria.
Mientras
que poco estrés puede conducir al aburrimiento y a la depresión, el exceso
puede causar ansiedad y daños para nuestra salud. Pero, la cantidad correcta
sintoniza el cerebro y mejora el rendimiento y la salud.