jueves, 11 de agosto de 2016

Breves reflexiones sin tapujos: HOY COLAPSO…MAÑANA HECATOMBE

Tolentino Pérez Soto


No es  momento  para  contemplar    -plácidamente  o con  irresponsable insensibilidad patria -   lo que, increíblemente, sucede en nuestro desdichado país. Es tan profundo el drama de supervivencia como república que resulta insólito vivir enfrascado  en  absurdas discusiones cuyas  metas  -en la mejor de las intenciones-  son  a largo plazo… cuando el inminente colapso lo vivimos  hoy  y  “mañana se llama hecatombe” como vaticinaba Churchill ante  la locura hitleriana.
¿Qué  lo anterior es tremendismo delirante?.

Veamos:  la espiral del hambre desespera a más del 80% de las familias venezolanas; los hospitales  son reposorios  de  famélicos que  cuyos dolores y  lamentos superviven sin  asistencia ni medicamentos;  los malandros azotan a sus anchas a una población apanicada y  desprotegida;   la emigración de profesionales y jóvenes  desesperados son verdaderas hordas que repletan embajadas y aeropuertos; la corrupción  y el narcotráfico dejaron la categoría de asombro para convertirse  en  el mejor camino para escalar    la descarada impunidad gobiernera; la inflación supera largamente cualquier torpeza de la economía mundial. Las Universidades cada día son instituciones sin autonomía y jibarizadas por ideologismos obsoletos; la mendicidad se asoma fantasmalmente  en los tobos de basura. ¡Una Venezuela irreconocible!

¿Quieren más razones para tomar conciencia del derrumbe que sufre  Venezuela y seguir nosotros elucubrando “exquisitas” teorías grupales o  personales  -es decir, destruyendo una unidad de propósitos  superiores de país-  y, además,   estúpidamente aceptando y divulgando  la maquiavélica estrategia de crear situaciones para  desmoralizarnos con mentiras y amenazas falaces?
Pero hay más:  las espirales de parálisis productiva,  el empobrecimiento y la militarización los une en  objetivos  comunes: un desbocado designio de autoritarismo y desdén democrático que cada vez se aproxima a un golpe de Estado desde el Poder contra lo poco que queda de independencia institucional…representada por la “bloqueda” Asamblea Nacional, única y legitimizada  expresión de la actual  voluntad popular.

El objetivo de esta simple reflexión es aupar los esfuerzos  hacia una unidad total , UNIDAD con mayúscula, sobre el verdadero objetivo venezolanista   que es salvar a un país   y donde quepan solamente objetivos superiores  de cambio y no ambiciones grupales que   -en circunstancias normales-  pueden tener categoría de legítimas.

Aunque moleste a algunos,  la única herramienta de unidad que actualmente debemos reconocer  como amplia es la Mesa de Unidad  Democrática, la cual, entre paréntesis, el tiempo  -una vez que se apacigüen las pasiones y los deseos de hacer lo que   cada uno  cree lo mejor-  recogerá  la comprensión  de  sus  esfuerzos para  -entre otras cosas-  recomponer las voces de grupos y Partidos con democráticas  visiones diferentes.

Y, finalmente, fortalezcamos la fe en nosotros mismos y no nos dejemos contagiar por el diabólico “dengue oficialista” que, como último recurso, busca nuestra desmoralización.

¡Es hora de corazón caliente y mente fría!

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