jueves, 28 de julio de 2016

MARCOS AVILIO, DESCANSA EN PAZ

Breves reflexiones vigentes:

Tolentino Pérez Soto

Hace cerca de 30 años conocí a Marcos Avilio, amigo fraterno  cuya partida a la eternidad hoy nos tiene acongojados. Recuerdo que junto a su inolvidable hermano, Néstor Luis y una pléyade de merideños,  en esa época se trabajaba  por llevar a la Gobernación del Estado a Jesús Rondón Nucete.  En ese   equipo humano   -de  compromiso devoto por el  destino de Mérida-   donde se mezclaba la ilusión con  la  amistad, Marcos Avilio  fue “fuego, luz y horizonte”,  como diría Pablo Neruda cuando se refería a los hombres claves de una  aventura  humana.
En lo que a mí respecta  -foráneo sembrado en esta bendita tierra por  los extraños mandatos del Señor-  también fui beneficiado   (como tantísimos otros)   por la bonhomía, sabiduría y el creativo  humor  de este   “soñador-realista” …que se nos adelantó en el camino.
Recuerdo que un día, hablándome de su hermosa Tovar -para todos los mocotienses la “capital del universo”-   me dijo que  “el hecho de que uno encuentra tovareños en cualquier rincón del país,  obedecía a una secreta estrategia para mejorar la raza venezolana”. Siempre la chispa o ocurrencia inteligente amenizaba cualquier tertulia.
Pero más allá de  su personalidad llena de imaginación, Marcos Avilio se incorpora con sobrados méritos  como ícono al riquísimo gentilicio merideño. Brillante jurista, insigne académico,  prestigioso político, sensible luchador social, ejemplar  jefe de familia, incomparable amigo.

Doy gracias a Dios haberme contado entre  tus  compañeros de ideales e incondicional amigo durante tantos años. ¡Inolvidable Marcos Avilio…descansa en Paz! 

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